Y entre mate y mate… se coló un café

Dos mesitas en la vereda son el único indicio de que allí se esconde una cafetería. Sin marquesina, solo un pequeño pizarrón en la calle revela que en ese lugar se sirve café. Una modesta entrada, en comparación con los locales de comida y las grandes casas de fin de semana del coqueto barrio Carrasco de Montevideo. Sin embargo, una vez adentro, el espacio inundado de luz natural parece más grande, tanto que hay lugar para un living confortable y un piano que suena en manos de uno de los baristas de la casa.

“Esperamos que no sea tan famosa”, responde entre risas Martín, al otro lado de la barra, cuando dos visitantes novatos le consultan si estaban en la conocida Madriguera. “Queremos que siga siendo así de tranquila”, justifica. Y es que el ambiente invita a distenderse entre libros y juegos de mesa.

La Madriguera es uno de los pocos lugares de Uruguay donde sirven café de especialidad. Según contó Martín a La Cafeteguía, cuando vivió en Australia se enamoró de esas cafeterías tan particulares y decidió volver a su país natal para emprender un sueño que sigue generando coffee lovers de este lado del Atlántico.

A pesar de incurrir en una infidelidad a la infusión predilecta de los uruguayos, sin duda vale la pena recorrer la rambla de la ciudad, disfrutar del paseo costero y hacer un alto para tomarse un delicioso café.