Se puede decir que La Motofeca tiene dos versiones. Una de ellas, la que justifica el nombre, no tiene ubicación precisa ni tampoco atiende en días y horarios pautados. Es una especie de coffee truck, una cafetería itinerante que se estaciona a la par de esos camioncitos que cocinan en las ferias, ofreciendo café. La belleza está en su formato: un modelo Piaggio retro, bien italiano de los años 60/70, adaptado para cargar con una máquina espresso en su parte posterior. Imperdible.
La otra Motofeca tiene lugar en el Microcentro, a media cuadra de la calle Florida. El aspecto es el de una cafetería tradicional, sin embargo también tiene lo suyo: una pequeña tostadora de café que despierta la curiosidad tanto de los entendidos como de los que no saben de qué se trata. Si están en el momento en que se tuesta café, la experiencia será distinta. Se puede decir que el lugar es un pequeño centro de operaciones de Alexis, un barista colombiano experimentado que busca el mejor punto de tueste para cada uno de los granos según su origen y de acuerdo al método que posteriormente se utilizará para prepararlo.
Un instructor innato que resuelve todas las dudas que te puedas hacer con respecto al café, su origen y su procesamiento. De origen típicamente cafetero, la cruzada entre su país y el nuestro termina de realizarse simbólicamente en una combinación única, ausente de la carta pero ideal para animarse a pedirlo cuando comienza a anochecer: el cafernet.
Me encantó el café y el croissant de verdad!
Caímos en horario de almuerzo, así que probamos una ensalada y luego un café con una delikatessen. La comida en sí no es su fuerte, pero sí lo es el café auténticamente preparado, junto con unos alfajores de maicena deliciosos. El ambiente está bien, pero no llega a ser acogedor. La atención no fue mala, pero estuvo algo dispersa y desorientada. Vale la pena pasar por un café y seguir…
Hola, quisiera saber si ustedes brindan cursos SCA, quisiera saber el arancel, y las fechas disponibles, muchas gracias.