La mixtura de generaciones es la marca identitaria de Padre. Desde afuera, los rasgos edilicios de una típica esquina de comercio del siglo XIX, por dentro un gran espacio abierto con estética industrial donde se tuesta y se sirve café de especialidad. Esta cafetería que abrió en 2017 pertenece al dueño de café Roca Mora (marca que comercializa granos desde hace décadas) y en los últimos años, de la mano de su hijo, incorporó variedades de especialidad.
Lo primero que aparece al entrar es la tostadora que se destaca sobre las paredes de ladrillos a la vista y estructuras de hierro. Ahí, los granos verdes de Colombia —caturra, de la zona volcánica del Valle de Cauca— se doran con distintas intensidades. Básicamente hacen dos tuestes: uno alto para las opciones que llevan leche y otro medio para espressos y filtrados. Estos últimos pueden ser en Chemex, prensa francesa, Aeropress y, fuera de la carta, se puede pedir Siphon.
Además de las opciones tradicionales, hay variantes frías como café con leche con jarabe de caramelo. Quienes prefieren algo menos dulce pueden optar por el tonic espresso (con agua tónica) o el shakerato (dos espressos, hielo y un poquito de azúcar para que genere espuma porque se bate enérgicamente en la coctelera antes de servirlo).
También sirven café con alcohol: tienen el espresso Martini (Tía María, vodka y espresso) y, como venden cervezas artesanales, hay dos versiones con café: una cerveza negra porter con chocolate fénix y su café y el blonde coffee, una variedad rubia a la que se le agrega un ristretto (no está en la carta pero se puede pedir).
El edificio
La construcción, que es de 1881, funcionó durante años como un frigorífico llamado Antonito que, entre otras cosas, abastecía a los carritos de la costanera. Luego el local quedó en manos de Hugo, hijo de Antonio, quien montó una colorida verdulería retratada por turistas que paseaban por el barrio –se pueden encontrar imágenes en los blogs de viajeros que pasaron por la Ciudad–.
Con la premisa de mantener los rasgos característicos de una esquina tan emblemática, la cafetería conserva varios elementos originales. Se pueden reconocer las rejas, adaptadas a otros usos como mesas y lámparas, y un enfriador de amoníaco del frigorífico que se impone tras la barra de la cervecería.
Hugo sigue pasando por la esquina de Borges y Soler, aunque ya no para trabajar, sino para tomarse un cafecito de vez en cuando.
Muy rico café
el cafe es simplemente increible y los chicos se pasan en brindar una atencion sobresaliente. chemex sin duda el filtrado para pedir donde se nota apenas ingresa en boca las cualidades de sus granos provenientes de colombia.